Un poeta maravilloso. Quién no aprendió por ósmosis siquiera alguno de su versos. Pero también un hombre perseguido, amenazado, exiliado. Mucho más que un poema su vida.
Con la publicación de un libro de cuentos, Montevideanos, en 1959, mostró su ojo para captar el mundo de la clase media uruguaya. Y en 1960, con la novela La tregua se hizo famoso.
Se identificó además con los movimientos de liberación, con la izquierda y con la Revolución Cubana.
El golpe de Estado de ese años en Uruguay lo lanzó al exilio. Tras el cierre de "Marcha" se fue a Buenos Aires, de donde escapó en 1975 amenazado por la Triple A. Fue detenido en Lima y en 1976 llegó a La Habana por intermedio de Haydée Santamaría, directora de la Casa de las Américas. En 1980 se trasladó a Palma de Mallorca. Y en 1983, a Madrid. En 1985 volvió a Montevideo para orientar el semanario "Brecha". Llegarían desde entonces muchos honores, como los premios Reina Sofía y Amnesty International, entre otros. Hacia 1994 se difundieron en España recopilaciones de sus poemas y sus cuentos. Los críticos literarios anotaron a Benedetti en el "coloquialismo".
Hasta el fin de su vida continuó defendiendo el socialismo "como esencia". En 1999, cuando ganó el Premio Reina Sofía de poesía, dijo que el siglo XX fue el tiempo "del progreso técnico y científico, egoísmo y vergonzoso desarrollo de la injusticia social. La globalización política y económica está en boca de todos, pero nadie habla de la globalización de la hipocresía y de la frivolidad".
Sus compatriotas lo homenajearon en 2004 cuando recibió el doctorado honoris causa en la Universidad de la República. Ya era un montevideano universal.
Con la publicación de un libro de cuentos, Montevideanos, en 1959, mostró su ojo para captar el mundo de la clase media uruguaya. Y en 1960, con la novela La tregua se hizo famoso.
Se identificó además con los movimientos de liberación, con la izquierda y con la Revolución Cubana.
El golpe de Estado de ese años en Uruguay lo lanzó al exilio. Tras el cierre de "Marcha" se fue a Buenos Aires, de donde escapó en 1975 amenazado por la Triple A. Fue detenido en Lima y en 1976 llegó a La Habana por intermedio de Haydée Santamaría, directora de la Casa de las Américas. En 1980 se trasladó a Palma de Mallorca. Y en 1983, a Madrid. En 1985 volvió a Montevideo para orientar el semanario "Brecha". Llegarían desde entonces muchos honores, como los premios Reina Sofía y Amnesty International, entre otros. Hacia 1994 se difundieron en España recopilaciones de sus poemas y sus cuentos. Los críticos literarios anotaron a Benedetti en el "coloquialismo".
Hasta el fin de su vida continuó defendiendo el socialismo "como esencia". En 1999, cuando ganó el Premio Reina Sofía de poesía, dijo que el siglo XX fue el tiempo "del progreso técnico y científico, egoísmo y vergonzoso desarrollo de la injusticia social. La globalización política y económica está en boca de todos, pero nadie habla de la globalización de la hipocresía y de la frivolidad".
Sus compatriotas lo homenajearon en 2004 cuando recibió el doctorado honoris causa en la Universidad de la República. Ya era un montevideano universal.
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