
Con las primeras luces del día, llegué a El Bolsón.Desierto de almas, las calles vacías no me invitaban a permanecer en el pueblo.Decidí alejarme del monstruo dormido hacia una lugar que me permitiera contemplar el paisaje. Me habían dicho que a pocos kilómetros del centro, había un lugar bellísimo, un pequeño cerrito desde donde poder apreciar todo...